Las montañas son observatorios privilegiados para el seguimiento de los efectos del cambio global, por diversas razones: son lugares menos antropizados que las tierras bajas y actúan de refugio de especies extintas en otros lugares o de especies con un área de distribución limitada por la altitud. Al mismo tiempo, las montañas son laboratorios naturales porque son muy sensibles a los cambios ambientales por los frágiles equilibrios entre los componentes del sistema natural y porque los gradientes altitudinales reproducen los cambios que ocurren a lo largo de gradientes latitudinales de forma más rápida y en menos distancia. Por esta razón Sierra Nevada se ha convertido en un enclave de gran valor para el estudio del cambio global, tanto como observatorio de los procesos como laboratorio de ensayo de medidas de gestión. Fue el único espacio de montaña español seleccionado en el proyecto GLOCHAMORE (GLObal CHAnge in Mountain REgions) promovido por UNESCO, en el que participan otras 27 Reservas de la Biosfera mundiales desde el año 2007. Desde entonces se viene prestando una particular atención a la caracterización de las repercusiones del Cambio Global sobre sus ecosistemas más singulares. El Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada se ha constituido en torno a cuatro pilares básicos:
- Programa de seguimiento;
- Sistema de Información;
- Gestión para construir capacidad de adaptación;
- Foro de Difusión y Participación.