Tanto las reservas de la biosfera con abundancia de agua como las que tienen escasez, ofrecen paisajes naturales y culturales de gran belleza. En cada caso, la gestión es diferente y se convierte en una experiencia única.
ISLAS, gestión integradaLugares de paso frecuente u ocasional, son también receptoras de plantas, animales y culturas lejanas. Esos ingredientes y su aislamiento natural es el crisol donde se genera la riqueza particular de cada isla. Integrar todos sus componentes es el reto de la gestión.
MONTAÑA CANTÁBRICA - tapiz verdeEn la zona cantábrica se agrupan 12 de las 52 reservas españolas, formando un tapiz verde casi continuo de este a oeste. En sus abundantes bosques se cobijan especies tan emblemáticas como el oso, el urogallo, la liebre del piornal y, en sus prados, una ganadería milenaria.
AMBIENTE MEDITERRÁNEO - de media montañaLas montañas, en general, son lugares de difícil acceso y menor productividad que las llanuras. Eso ha permitido la conservación de muchos valores naturales y que algunas montanas sean declaradas espacios protegidos. Las reservas de la biosfera ofrecen un modelo para unir los valores heredados con las aspiraciones de desarrollo de sus habitantes actuales.
ALTA MONTAÑA, el techo de la penínsulaEn paisajes dominados por riscos y rocas desnudas, donde la agricultura es imposible y los árboles no pueden crecer, pastores y ganados son habitantes habituales, que ahora comparten la escena con excursionistas, aficionados a los deportes de riesgo y especies animales y vegetales adaptadas a esas duras condiciones climáticas.
TRANSFRONTERIZAS - naturaleza sin fronterasLas reservas de la biosfera transfronterizas se establecen entre dos o más países para facilitar la integración de la conservación y el desarrollo a ambos lados de la frontera y favorecer la cooperación.