Red Española de Reservas de la Biosfera

Todo el territorio de Omaña y Luna ha estado habitado y aprovechado por pequeñas comunidades humanas asentadas en una malla de diminutos núcleos de población. Este tipo de poblamiento tenía el sentido de aprovechar al máximo posible los recursos del territorio (tierras de cultivo, pastos, bosques, aguas, caza…).
Para conseguir ese aprovechamiento autosuficiente, los pobladores debían tener perfectamente identifica-dos todos y cada uno de los rincones de su término. Eso se lograba mediante la TOPONIMIA.
La toponimia funcionaba como los sistemas de información geográfica actual, generando una malla de información sobre el terreno que permite identificar todos los puntos y dar las indicaciones correctas a la hora de acometer las tareas del día a día.
Los topónimos se fueron transmitiendo de manera oral de generación en generación, durante siglos. Estos son hoy considerados como un importante Patrimonio Inmaterial con un gran valor arqueológico, lingüístico, cultural, etnográfico y ambiental que se va perdiendo en la memoria de las personas mayores.
La cartografía existente (principalmente el Mapa Topográfico Nacional) apenas recoge un 10 o un 20 por ciento, en el mejor de los casos, de los topónimos existentes.
Estamos a punto de perder un patrimonio inmaterial valiosísimo, pues sólo queda ya en la memoria de las personas mayores de 70 años, que vivieron de niños el sistema económico de subsistencia tradicional.