Red Española de Reservas de la Biosfera

 

La Reserva de la Biosfera de Os Ancares Lucenses e Montes de Cervantes, Navia y Becerreá, ocupa una superficie de 53.664 ha. Esta Reserva de la Biosfera se sitúa en la zona oriental de la provincia de Lugo, incluyendo territorios de 3 municipios: Cervantes, Navia de Suarna y Becerreá.

Desde un punto de vista ambiental, la Reserva tiene un gran interés derivado del gran desnivel altitudinal representado y la variedad litológica existente. De hecho, sus más de 1.600 m de desnivel, la orografía y las peculiaridades geológicas han sido proclives para la conservación de un importante número de depósitos y formas de origen glaciar y periglaciar, conformadas a lo largo de los distintos periodos fríos del Cuaternario. Así, se evidencia la presencia de sistemas geoecológicos de alta y media montaña, cuya dinámica se ha visto modificada por la presencia humana.

En cuanto a la zonificación de la Reserva, la zona núcleo supone un porcentaje elevado de la superficie, que engloba buena parte de las sierras orientales de la Reserva, así como el entorno de la aldea da Pintinidoira, mientras que la zona tampón representa casi el 60% de la Reserva.

Una importante proporción del territorio incluido en la Reserva, así como la práctica totalidad de las zonas núcleo de la misma, poseen la condición de áreas protegidas y forman parte de la Red Natura 2000, al ser declaradas como LIC y como ZEPA. También poseen la condición de Reserva Nacional de Caza y de Zona de Protección del Oso Pardo.
 

PATRIMONIO NATURAL
La montaña de Os Ancares atesora un singular mosaico de hábitats naturales. Se trata de una zona atlántica de alta y media montaña en la que destaca la presencia de importantes masas forestales (dominadas por robles, abedul y castaño, especies a las que acompañan avellanos, encinas, serbales, arces, tejos y acebos) que albergan un nutrido elenco de hábitats arbolados. Las zonas de matorral también se encuentran ampliamente representadas, en las que destacan los brezales secos y los piornales, jugando un importante papel en la conservación de la biodiversidad. Existen en algunos puntos localizados, encinares de alto valor biogeográfico, como el Aciñeiral de Cruzul, o pequeños hayedos, como A Pintinidoira. Las áreas cuminales albergan la representación más occidental de hábitats subalpinos del continente europeo.

Esta variedad de hábitats existente en la Reserva alberga una abundante diversidad de flora y fauna. En cuanto a la flora, destacan especies En Peligro de Extinción como Lycopodiella inundata o Zygodon conoideus, así como taxones de interés comunitario como Festuca elegans, F. summilusitanica, Narcissus pseudonarcissus subsp. nobilis o N. asturiensis. En los grupos de fauna, entre los invertebrados destaca la presencia del cangrejo de río (Austropotambius pallipes), y en comunidad de vertebrados, cabe señalar especies en grave peligro de extinción, como el oso pardo (Ursus arctos*, considerado como prioritario) o el urogallo (Tetrao urogallus).

PATRIMONIO CULTURAL Y PAISAJE
De la época prehistórica destaca el conjunto de túmulos y cámaras megalíticas. Son conocidos como mámoas o medorras, con diferentes variaciones dialectales de estos nombres, y suponen un tipo diferenciado de los del resto de la Península. También es destacable el conjunto de castros presentes en el territorio, que constituyen la forma de asentamiento de la población desde la Edad del Bronce hasta el final de la romanización, como el castro de Santa María en Cervantes.

El rasgo más destacable del patrimonio histórico y cultural en la Reserva es la palloza (representada en su logotipo), tipo de vivienda que materializa la supervivencia de una de las formas de habitación más antiguas del contexto europeo.

También caben destacar los castillos que dan testimonio del importante pasado medieval de la zona. Destacan los de Doiras, Frades y Quindous, en el municipio de Cervantes. El conjunto de la arquitectura civil se completa con las casas, casas-torre y pazos, como la casa torre de Donís y el pazo de Pando, en Cervantes, o la casa pazo de Freixís en Navia de Suarna. También existen otros elementos notables representativos de la cultura rural tradicional que llevan asociada una toponimia propia, como los hórreos, muíños, fontes, etc.

Por otra parte, la numerosa arquitectura religiosa está representada por una serie de iglesias parroquiales y capillas, casi siempre perfectamente integradas en el medio físico y distribuidas por todo el territorio. Muchas de estas construcciones responden a una tipología específica de iglesias de montaña, con sus cabildos característicos. Destacan las iglesias de Cancelada, Cereixido y San Pedro de Cervantes, en Cervantes.

El patrimonio inmaterial es igualmente importante, aunque escasamente estudiado. Pudiéndose destacar la rica y poco estudiada toponimia del territorio, las numerosas leyendas de tradición oral, los festejos tradicionales, los oficios tradicionales de la zona como serranchíns, carpinteiros, fiandeiras, feirantes, seitureiros, muiñeiros, canteiros o ferreiros.

SOCIOECONOMÍA DE LA RESERVA
La Reserva de la Biosfera posee una población total de 3.252 habitantes, repartidos en su mayoría por 250 pequeñas entidades poblacionales dispersas en el territorio.

La estructura demográfica de la población se caracteriza por un fuerte envejecimiento, bajas densidades de población (9,5 hab/km2, un valor bastante por debajo de la media española, gallega y provincial lucense), una elevada dispersión territorial, y sobre todo un marcado grado de aislamiento de las poblaciones, potenciado por el relieve del territorio y la situación periférica dentro de la Comunidad Autónoma. El descenso poblacional ha sido constante durante todo el siglo XX y el comienzo del XXI, con varios episodios de emigración masiva al resto del estado español o al extranjero.

Actividades tradicionales
La zona cuenta con un importante conjunto de prácticas y actividades tradicionales que poseen un elevado interés etnográfico, como el aprovechamiento de los prados seminaturales de montaña y de la castaña en los soutos (bosques de castaño), así como la producción apícola, que cuenta con unas construcciones características que protegen las colmenas del oso (cortines o albarizas). Aunque de una forma muy simplificada, todavía se realiza el movimiento estacional del ganado vacuno durante la época estival desde las aldeas a los pastos de verano, localizados en las brañas. Durante siglos, los extensos bosques naturales han sido fuente de madera para diversos usos y oficios, a través de cortas a pequeña escala que han permitido su mantenimiento hasta nuestros días. Por su parte, los cultivos hortícolas han empleado y mantenido ecotipos específicos de la zona de montaña, caracterizados por su rusticidad.

Por todo ello, es posible citar una serie de producciones agroalimentarias artesanales de elevada calidad, entre las que destacan los quesos, los productos cárnicos, o productos obtenidos del medio forestal (miel, castañas o arándanos, entre otros).

La persistencia de estas actividades y producciones tradicionales es vital para el mantenimiento del patrimonio cultural y natural de la Reserva.
 

CONTRIBUCIÓN DE LA RESERVA AL DESARROLLO SOSTENIBLE
Con respecto a las estrategias propias de la Reserva para su funcionamiento, la Diputación de Lugo ha constituido en el año 2011 los órganos de gestión de la Reserva, conformados por un Órgano Rector (órgano de gobierno) y Órgano de Participación (de carácter consultivo). Dicho reglamento establece la composición, finalidad y funciones de los diferentes órganos que los componen, junto a su régimen jurídico y económico.

Desde el año 2013, la Reserva de la Biosfera dispone de un Plan de Acción aprobado por ambos órganos, siguiendo un trámite de participación pública que ha permitido la implicación efectiva de los ciudadanos en las tomas de decisiones que afectan al territorio.

Dicho Plan define un nuevo modelo de desarrollo sostenible que compatibiliza la conservación de los recursos naturales con las actividades económicas y el desarrollo de la población, integrándose con otras políticas de protección de la naturaleza, de usos del suelo y de otros recursos.

Debido al notable valor científico que poseen las montañas orientales lucenses, el territorio de la Reserva de Biosfera Os Ancares Lucenses ha sido destinatario de numerosas labores de investigación sobre los componentes de la biodiversidad y geodiversidad, que se remontan a trabajos desarrollados desde hace casi 200 años.

También el área de la Reserva de la Biosfera se ha incluido como elemento referente en el desarrollo de distintos proyectos financiados por la Unión Europea, el Estado Español, o la Comunidad Autónoma de Galicia.
Destacan fundamentalmente los proyectos LIFE+ vinculados a la conservación de las poblaciones del oso pardo cantábrico. Las especiales características de estas montañas las convierten en un ámbito idóneo para el desarrollo de prospecciones científicas vinculadas con la paleoecología (dinámica de paisajes), la adaptación al cambio climático, geomorfología, geología, edafología, botánica, zoología, etc., así como las caracterizaciones socioeconómicas y culturales del territorio, como arqueología, sistemas de producción rural de montaña, economía, sociología, literatura, etc.

Líneas del Plan de Acción
A  Gestión adaptativa de la Reserva.
B  Conservación del patrimonio natural y cultural.
C  Comunicación y difusión del patrimonio.
D  Promoción de un desarrollo rural sostenible.
E  Producciones y turismo de calidad.
F  Ciencia y desarrollo de capacidades.
G  Cooperación y asociaciones.

USO PÚBLICO Y TURISMO
El turismo en la Reserva de Biosfera Os Ancares Lucenses es una actividad que genera una notable actividad económica y social desde hace décadas. El valor natural, paisajístico y cultural de estas montañas las convierte en un destino idóneo para el turismo de naturaleza y al aire libre, abarcando un amplio abanico de actividades, desde deportivas hasta meramente recreativas o contemplativas.

Aún así, la oferta de infraestructuras turísticas es escasa en comparación con la potencialidad del territorio y el uso público que de forma habitual se lleva a cabo en la Reserva, existiendo en la actualidad 20 alojamientos y 40 establecimientos donde poder disfrutar de la gastronomía de la zona.

Para poder incrementar las actuaciones de información sobre el territorio incluido en la reserva, se están promoviendo una red de pequeños centros de acogida e interpretación. Además, la zona cuenta con más de 30 rutas de senderismo que permiten disfrutar de los valores naturales y etnográficos del territorio al visitante.

La Reserva de Biosfera Os Ancares Lucenses es un territorio ejemplar en las producciones tradicionales de calidad, derivados de las actividades manufactureras y artesanas del territorio: queserías, productos cárnicos, productos hortícolas, miel, arándanos, castañas, etc. Estas prácticas reúnen un rico patrimonio cultural ligado a los conocimientos y las formas de vida tradicionales de las comunidades locales.

La calidad diferenciada de estos productos está avalada con Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), como "Cebreiro", o Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) como "Ternera Gallega", "Lacón Galego", "Castaña de Galicia" y "Miel de Galicia", así como "Botelo Galego" y "Androlla Galega", aún en tramitación.

+Contenidos: Reserva de la Biosfera Os Ancares Lucenses e Montes de Cervantes, Navia e Becerreá
+Fotos: DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LUGO

Situada en el límite occidental de la Cordillera Cantábrica, en la frontera con Galicia y Asturias en el noroeste de la provincia de León, la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses destaca, no solamente por un paisaje natural de montañas esculpidas por la morfología glaciar y fluvial y por los frondosos y verdes valles duramente trabajados por sus habitantes, sino también por una original cultura e historia que perviven en su arquitectura y forma de vida hasta nuestros días.

Los extensos brezales, los tan apreciados sotos de castaños y los bosques de roble, acebo, tejo y madroño, conviven con sistemas de pastoreo del ganado y una singular fauna de rebecos, corzos, cabras montesas, águilas, buitres y otros más esquivos como el oso pardo y el urogallo; además de los prados y pastizales para el ganado y las huertas para el autoconsumo que encontramos en las áreas bajas de este mágico rincón montañoso.
 

PATRIMONIO NATURAL
El elemento más conspicuo del patrimonio natural ancarés son sus bosques, con formaciones arboladas de frondosas autóctonas, castañares y repoblaciones de coníferas. También son relevantes las formaciones arbustivas y de matorral. Robles, abedules, acebos, escobas, castaños y brezos son las especies vegetales más representativas.

Alta biodiversidad y especies protegidas
El valor de los ecosistemas presentes en los Ancares Leoneses queda puesto de manifiesto por la existencia de varios hábitats naturales y taxones de interés comunitario, entre ellos especies animales emblemáticas como el oso pardo y el urogallo, rapaces como el águila real, o mamíferos singulares como la nutria y el lobo ibérico.

Patrimonio Geomorfológico
La Reserva de la Biosfera se encuadra en un territorio de montaña media y alta con un patrimonio geomorfológico realmente singular recogido por un equipo de la UVa, en su Inventario del patrimonio geomorfológico y de Lugares de Interés Geológico.

Encontramos estructuras y modelados diversos, desde superficies de erosión encajadas y desniveladas, entrelazadas con la red fluvial, a un rastro de circos, lagos y valles resultado de glaciación pleistocena, o una sucesión de glacis y terrazas de las zonas más bajas. Numerosos LIG y una gran geodiversidad son, en definitiva, señas de identidad de la RBALE.

El castaño, símbolo de los Ancares
El Castaño es un árbol de profundo significado en Los Ancares, donde muestra una gran influencia natural, económica y cultural. Estos sotos típicos del entorno de las poblaciones, tienen una gran influencia en las condiciones ecológicas favoreciendo el refugio y la alimentación de muchas especies silvestres además de proporcionar unos ingresos a muchas familias de la Reserva.
 

PATRIMONIO CULTURAL Y PAISAJE
Los Ancares Leoneses sorprenden por su belleza natural y su rico patrimonio cultural: desde pinturas rupestres de la Edad del Bronce como el Conjunto de Peña Piñera (Sésamo) pasando por otros de época romana como la impactante explotación aurífera de la Leitosa (Paradaseca), hasta las señales más recientes como la línea de baldes de carbón del Valle de Fornela, de mediados del siglo XX. También atesora señales de una amplia cultura castreña, apreciable en lugares como Campo del Agua o Balouta, y medieval, como las imponentes construcciones del Monasterio San Andrés de Vega de Espinareda o la Colegiata y el Castillo en Villafranca del Bierzo en pleno Camino de Santiago que suponen un valioso legado artístico en estos parajes.

Un rasgo común en la práctica totalidad de los núcleos de la Reserva es, sin duda alguna, una arquitectura tradicional basada en la piedra pizarrosa que forma sus montañas y la madera de sus bosques, que configuran parajes de un incomparable encanto, como pueden ser Porcarizas, Teixeira, Balouta, Suarbol o Burbia, flanqueados por valiosos sotos de castaños (algunos monumentales como El Campano de Villar de Acero, o el Cantín de Villasumil). Son estos castaños vecinos inmemoriales de los habitantes de los pueblos, que han aprovechado su fruto tanto para el autoabastecimiento como para la producción de conservas.

Los Ancares Leoneses son también el esfuerzo y el trabajo de sus gentes, que asentadas en zonas aisladas aprendieron a subsistir aprovechando los recursos que el entorno les ofrecía. El agua, aporte de energía en sus pequeñas fábricas de luz o en los molinos harineros, y la madera en sus hornos de pan, fraguas y ferrerías, son huellas de un patrimonio preindustrial que emana de este mágico lugar.

Patrimonio inmaterial
Diversas costumbres ancestrales determinan un peculiar y único modo de vida en esta zona. Festejos como las Danzas del Valle de Fornela, los magostos, el entroido, los Maios de Villafranca, la Romería de Fombasallá o las Fachizas de Burbia, coexisten con oficios tradicionales como la molienda y posterior elaboración de pan artesanal, la confección de cestas, la siega o el teitado de techos paja, y con una tradición oral y musical muy apegada al territorio.
 

SOCIOECONOMÍA DE LA RESERVA
La economía de la RBALE sufre, directamente ligada a la dinámica socioeconómica común a todo el contexto rural del interior de España, un debilitamiento progresivo desde hace varias décadas impulsado por el abandono del territorio por los sectores más activos de la población.

Sin embargo, en una zona heterogénea en recursos y paisajes, se da también una diversidad de actividades que van desde algunas más tradicionales y fuertemente vinculadas al territorio a una actividad moderna y de mayor peso económico ligada sobre todo a servicios, turismo y construcción.

Dentro del sector primario, la ganadería extensiva de vacuno de carne, es la principal actividad socioeconómica del territorio. También la agricultura, vinculada sobre todo a frutales y viñedos en la zona baja de Villafranca, es destacable por su repercusión en sectores como el vitivinícola. De forma menos regular y menor peso económico, pero con alto arraigo social y cultural se encuentran las actividades apícolas y el aprovechamiento forestal ligado sobre todo a la castaña.

El sector turístico con gran potencial y una trayectoria irregular a lo largo de los años, va tomando forma con la incorporación de la identidad de Reserva de la Biosfera que busca ir aunando promotores hosteleros, actividades lúdicas y deportivas, puesta en valor del patrimonio natural y disfrute del patrimonio cultural como el que aporta la ubicación de parte de este territorio en el Camino de Santiago.

CONTRIBUCIÓN DE LA RESERVA AL DESARROLLO SOSTENIBLE
El actual planteamiento de la Reserva de la Biosfera de Los Ancares Leoneses (RBALE), activo desde 2011, es el de facilitadora e impulsora de nuevas vías de diálogo y cooperación entre tres pilares básicos: los representantes locales, estatales e internacionales de las administraciones públicas, los técnicos y científicos y la población local.

Los habitantes de este territorio han recibido como legado el patrimonio que sus antepasados conservaron hasta la actualidad y son ellos los que sufren y disfrutan, en primera persona, las peculiaridades del lugar en el que habitan. Con esta cuestión como premisa básica, se ha creado un Consejo de Participación permanente que representa a todos los sectores de la población y que ha sido el primer hito tras la elaboración participada del Plan Estratégico y Plan de Acción de la RBALE.

Igualmente, la incorporación del mundo científico en el aprendizaje, gestión y desarrollo de la Reserva se ha materializado en la creación de un Comité Científico en permanente contacto con las demandas y realidades de la población. Este Comité ha diseñado junto a los propios habitantes el programa "Uniendo Experiencias: Ciencia y Saber popular en la RBALE", donde se sientan a tratar temas de interés para el desarrollo y a formular nuevas maneras de resolver las carencias existentes.

La labor de comunicación realizada a través de las redes sociales, webs, artículos, asistencias a conferencias o la organización de cursos de verano con la Universidad de León, está suponiendo un cambio de percepción sobre esta zona tanto por sus habitantes como por los visitantes e investigadores.

La RBALE, laboratorio de participación social
No existe sostenibilidad sin el liderazgo de los pobladores en la toma de decisiones y ejecución de iniciativas de desarrollo respetuoso con el medio. La experiencia de la RBALE indica que es posible movilizar un papel activo de la población local para aunar conservación y desarrollo siempre y cuando se disponga de espacios adecuados y se pueda acceder a la formación necesaria. El desafío al que se enfrenta la RBALE en su futuro inmediato consiste en profundizar y progresar en esta tarea, consolidando el camino ya recorrido y encauzando nuevas ideas e iniciativas en su papel como "laboratorio de participación".

Fortalecimiento del sector ganadero como motor de desarrollo sostenible
La creación de la Asociación de Ganadería Extensiva de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses (AGARBALE) ha supuesto el comienzo de una labor de acompañamiento y asesoramiento científico de esta actividad y el reconocimiento de la misma como conservadora del medio, lo que se ha hecho especialmente visible en los acuerdos de custodia del territorio firmados entre AGARBALE, juntas vecinales y la RBALE para la conservación del hábitat del urogallo cantábrico.
 

USO PÚBLICO Y TURISMO
Las opciones de ocio y recreo en la Reserva son casi infinitas dada la riqueza que atesora este territorio.

El Área Temática del Castro de Chano, por ejemplo, supone un interesante revulsivo turístico en la Reserva, a través de la muestra-recreación y la propia excavación arqueológica del yacimiento del siglo I a. C- II d. C que se puede visitar, en el pueblo de Chano. Ligadas a elementos culturales como éste, existen numerosas sendas para el deleite del caminante, que puede entretenerse entre bosques y construcciones tradicionales de gran valor.

Asociado al uso de las numerosas rutas turísticas de la zona, existen materiales digitales como "Los Senderos de la Reserva de la Biosfera", rutas recogidas por la propia población, o los "Cuadernos de rutas por los paisajes glaciares del Valle de Fornela" elaboradas por Alipio García de Celis, de la Universidad de Valladolid y que obtuvo el reconocimiento de Premio a la Innovación Docente de la UVa. Ambos materiales se pueden descargar para uso y disfrute del visitante en la página web de la RBALE.

Otra interesante iniciativa, asociada a la gastronomía local, es la novedosa Ruta del Vino "Bierzo Enoturismo" de la que forma parte este territorio, gracias a la excelencia de sus caldos de uva mencía. La visita enológica puede completarse con una gastronómica, basada en los productor de gran calidad de la Reserva, con sus carnes de vacuno criado en extensivo, el caldo de berzas, las carnes de caza, el botillo, el cocido de carne de cerdo, la cecina y otros embutidos o los ricos productos derivados como las conservas de castaña o frutos silvestres como el arándano.

Las Pallozas
Durante siglos los vecinos de esta zona aprovecharon el entorno y su herencia castreña para la construcción de unas peculiares viviendas circulares, con muros de piedra autóctona y techos de paja, llamados "teitos" en los que convivían animales y personas para aguantar los fríos inviernos.

Estas construcciones tradicionales hoy en día se conservan de manera relicta y por tanto prácticamente única en algunos parajes de Los Ancares.

 

+Contenidos: Nuria Alonso Leal, Gerente RBALE | Susana Abad González, Técnico RBALE | Pedro M Herrera, Consultor externo RBALE.
+Fotos: Susana Abad González | Reservas de la Biosfera de los Ancares Leoneses | Rubén Darío Abella | Pedro M. Herrera.

Fecha de declaración: 27 de octubre de 2006.

Superficie: 56.742,14 ha 

Ubicación: Noroeste de la Provincia de León, limitando con Galicia y Asturias.

Municipios: Peranzanes, Vega de Espinareda, Valle de Ancares y Villafranca del Bierzo.

Población: 6.330 habitantes.

Entidad gestora: Consorcio de la “Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses” (Ayuntamientos de Valle de Ancares, Peranzanes, Vega de Espinareda, Villafranca del Bierzo y Consejo Comarcal de El Bierzo).

Dirección: Oficina Técnica: Calle La Calleja, 23. 24430. Vega de Espinareda, León.

                   Sede Administrativa: Avda. de La Minería, s/n. 24002, Ponferrada, León.

Teléfono: 987 56 49 07.

Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Otras figuras de protección::
+ Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).
+ Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
+ Espacio Natural Protegido de la REN de Castilla y León.
+ Reserva Nacional de Caza.

Región/Provincia biogeográfica: Eurosiberiana/ Atlántica Europea.

Os Ancares Leoneses - Plano de Ubicación 

 
 
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