La Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía (España)- Marruecos discurre entre el sur de Europa y el norte de África, formando un arco abierto hacia el Mediterráneo y fragmentado por el Estrecho de Gibraltar. La singularidad de esta encrucijada natural y sociocultural –donde la influencia atlántica es determinante- se ejemplifica en sus grandes ejes: las montañas, el agua, los pinsapares y la cultura andalusí, así como en la complementariedad entre sus secciones norte-sur. Estos son los fundamentos de esta primera reserva de la biosfera intercontinental declarada por la UNESCO y propuesta de forma conjunta por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y el Alto Comisario de Aguas y Bosques del Reino de Marruecos.
El agua y la cultura Andalusí
La presencia musulmana en la Península Ibérica intensificó durante el medioevo los flujos en ambas direcciones, construyéndose -sobre la herencia compartida- una cultura común y ecléctica, la cultura andalusí, reconocible en múltiples expresiones, tanto cultas como populares. En la Reserva, por su carácter rural y boscoso, las manifestaciones de la cultura andalusí se vinculan fundamentalmente con lo popular, revelando una gran madurez y sabiduría en el conocimiento y manejo de sus recursos naturales, especialmente en sus paisajes de agua. Son ejemplos sus variados y adaptables sistemas de irrigación para la agricultura en terrazas, los neveros, los sistemas hidráulicos de molinos...
- PATRIMONIO NATURAL
- El Sistema Bético-Rifeño y su disposición de barrera frente a las masas de aire atlánticas, prestan a esta Reserva su fuerte identidad estructural, definiéndola como un atípico enclave húmedo en un entorno que tiende a la aridez. Su altitud, que oscila entre los 2.170 m del Lachhab en Marruecos, y los más de 500 m de profundidad en las aguas del Estrecho de Gibraltar, han propiciado la conformación de paisajes singulares terrestres y marinos, donde el agua está presente en diversas expresiones y las montañas ejercen, casi permanentemente, de telón de fondo.
Esta Reserva conforma un gran ecosistema disociable en tres ecodominios: continental, litoral/costero y marino, cuyas características generales se repiten en Andalucía y Marruecos.
Su componente más representativo es el monte mediterráneo, conservando elementos autóctonos de formaciones como la laurisilva, con rododendros; o el pinsapo, un endemismo bético-rifeño, que concentra su única área de distribución en el extremo occidental de las Cordilleras Béticas, y en la Cordillera del Rif en Marruecos. Esta flora destaca por su alto nivel de endemismos y por la amplia representación de elementos taxonómicos de distribución mediterránea e ibero-norteafricana.
En el Estrecho confluyen tres provincias marinas: Lusitánica, Macaronésica y Mediterránea, otorgándole su diversidad biológica: más de 1900 especies de flora y fauna marina, diez especies distintas de cetáceos y fenómenos como la migración anual del atún rojo; unas condiciones naturales moldeados por la actividad humana pasada y presente.
Fauna
La Reserva presenta una fauna rica y variada, con algunas especies amenazadas o en peligro de extinción. Destaca el papel del Estrecho como paso de vital importancia para la avifauna europea y africana, llegando a contabilizarse mil aves por hora; además de otras especies (foca monje, delfines,…) y construcciones de origen biótico (Coral).
- PATRIMONIO CULTURAL Y PAISAJE
- La historia, el proceso de poblamiento y la cultura de esta Reserva ha estado determinada por las particularidades de su medio físico y su posición estratégica, inmediata a los hitos costeros de las rutas comerciales y de colonización de los pueblos del Mediterráneo y a las influencias del mundo Atlántico.
Su ámbito conserva vestigios de culturas prehistóricas paleolíticas, neolíticas y protohistóricas, siendo especialmente importantes algunas pinturas rupestres y conjuntos dolménicos. Las relaciones con los pueblos del Mediterráneo se intensifican en el I milenio a.C.; fenicios, griegos y cartagineses influyen en las formas de vida de los habitantes locales que adoptan alguno de sus modos productivos y organizativos. La conquista de Roma y su efectiva romanización conforma un sustrato común antiguo a todo el ámbito, reflejandose abundantes restos arqueológicos: calzadas, villas, enterramientos y asentamientos interiores y portuarios.
Durante la Edad Media, se fueron construyendo las expresiones más significativas del patrimonio cultural compartido, pues la Reserva permaneció en la órbita andalusí hasta el siglo XV, atesorando un carácter singular como bisagra entre oriente y occidente. En la sección andaluza se localizaba la zona fronteriza, como indican la multitud de arquitecturas militares y la denominación de algunos municipios (Jimena, Castellar y Cortes de la Frontera); mientras en la zona marroquí se refundaban ciudades como Tetuán y Chefchauen con el impulso de los andalusíes. Los asentamientos urbanos concentran los elementos patrimoniales más significativos, aunque existen ejemplos de hábitat disperso que responden a distintos usos del territorio, productivos o simbólicos (cortijos, aldeas, moravitos, ermitas, duares, cementerios).
En la actualidad, esta Reserva es rica en particularidades culturales fruto de los flujos humanos que han ido viajando en múltiples direcciones desde la antigüedad, dando lugar a un entramado de relaciones personas-recursos manifestadas en unos paisajes definidos por la diversidad frente a la especialización.
Tanta luz de mar
Tanta luz, tanta luz de mar por todas partes, como un cuerpo de viento que huye del tiempo, el vuelo de un pájaro, sorprendente y claro, la arena de oro de los años hace vibrar y bailar. Canto árabe.
- SOCIOECONOMÍA DE LA RESERVA
- La Reserva acoge una población de 529.086 habitantes, 126.859 andaluces y 402.227 marroquíes, distribuidos, respectivamente, entre los 61 municipios de Cádiz y Málaga y los 45 de Tetuán, Larache, Tánger y Chefchauen.
Sus aprovechamientos tradicionales más importantes han construido un sistema agro-silvopastoral y pesquero en función de los recursos disponibles, generando una estructura socioeconómica propia de las zonas de montañas cercanas al mar y a las posibilidades de comunicación y comercio que ese factor posibilita. Este agrosistema continúa parcialmente activo y perfectamente perceptible en los paisajes de la Reserva, donde se observan tanto las actividades compartidas como las especificidades de manejo en cada ribera.
En Andalucía, la estructura socioproductiva actual presenta un carácter mixto, permaneciendo de forma residual actividades tradicionales como la ganadería, los aprovechamientos forestales, la pesca y la agricultura, a la par que van apareciendo otros usos ligados al turismo litoral e interior, así como el despegue de producciones de calidad (quesos, aceites, derivados de la pesca y de la ganadería).
En el conjunto de la Reserva, los aspectos económicos y sociales se ajustan a la dinámica particular de cada una de las dos orillas, pues han estado sometidas a variables muy distintas en los dos últimos siglos. No obstante, hay que considerar que, socioeconómicamente, este espacio presenta una situación de transición, pues Andalucía continúa siendo una de las regiones desfavorecidas de la Unión Europea, mientras el Norte de Maruecos -en relación con el contexto africano donde se inscribe- se presenta como una de las regiones de mayor dinamismo.
Marruecos
Para Marruecos, la situación es distinta, predominando los usos extensivos y manteniéndose una mayor dependencia de los recursos naturales, especialmente los derivados del bosque y la ganadería. La actividad turística tiene ya cierto recorrido, tanto en el litoral como asociada a poblaciones de interior.
- CONTRIBUCIÓN DE LA RESERVA AL DESARROLLO SOSTENIBLE
- En conjunto, el ámbito constituido por el sur de Andalucía y el norte de Marruecos se conforma como un importante espacio de comunicación entre el continente africano y el europeo, un lugar estratégico de intercambio natural, sociocultural, de elevado potencial y atractivo turístico. Reúne una gran diversidad de paisajes y recursos naturales y culturales, en muchos casos compartidos, cuya gestión y conservación requiere necesariamente una consideración transfronteriza.
La voluntad de generar un escenario que permitiera abordar esa gestión desde los principios del desarrollo sostenible está en los fundamentos de la Reserva, tal como se refleja en sus objetivos: contribuir a la preservación de los recursos naturales y culturales, promover un modelo de desarrollo sostenible, impulsar la colaboración institucional entre las administraciones española, andaluza y marroquí en la consecución de intereses comunes relacionados con los intereses de esta Reserva y proporcionar un instrumento de gestión que permita el desarrollo social desde la conservación del patrimonio natural y cultural.
Estos objetivos se concretaron en la creación del Comité Mixto de Coordinación para la gestión de la RBIM y en los cuatro ejes de su Plan de Acción: el fortalecimiento de la Reserva, el fomento del desarrollo sostenible, la integración de la población y la mejora de las condiciones ambientales.
Plan de Acción
El Plan de Acción define acciones a largo plazo a realizar en distintas etapas. Entre (2006-2011) se ha implementado la primera parte, con resultados como: un programa de cooperación al desarrollo, acciones de difusión y comunicación social de la Reserva, continuidad del grupo de trabajo transfronterizo. Actualmente, tras evaluar la primera fase, se han acordado tres grandes ejes de trabajo transfronterizo: consolidación de la Reserva, desarrollo socioterritorial sostenible, y comunicación, sensibilización y participación social para el Plan de Acción (2010-2016).
- USO PÚBLICO Y TURISMO
- La amplitud y variedad de situaciones que acoge la reserva, así como lo reciente de su declaración en 2006, da lugar a que aún no cuente con un sistema de uso público efectivo y regulado que, además de cumplir con su objetivo intrínseco de difundir el patrimonio medioambiental de esta reserva transfronteriza, ayude y fortalezca a la actividad turística que se está generando en torno a ella y/o complemente el turismo vinculado a otros elementos patrimoniales reconocidos con anterioridad a su declaración (espacios naturales protegidos y bienes culturales).
Hasta el momento actual, y en el contexto del Plan de Acción (2006-2011 y 2011-2015), se han desarrollado algunas acciones específicas como Plan de Uso Público del Parque Nacional de Talassentame en Marruecos, exposición de fotografías de paisajes en 360º de la reserva, exposición itinerante para escolares, vídeo y publicación en francés y castellano y documental para Televisión Española.
La evaluación de estas actividades ha tenido un resultado muy positivo y ha servido de punto de partida para el diseño del uso público y la comunicación de la Reserva en el nuevo horizonte temporal de (2010-2016), que tienen programadas acciones como la incorporación de contenidos de la Reserva transfronteriza en toda la red de equipamientos de uso público vinculado a los espacios protegidos que contiene, la publicación de nuevo material básico en castellano y francés, y el establecimiento de rutas temáticas.
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+Fotos: Águeda Villa | Consejería Medio Ambiente - Junta de Andalucía